MELCHOR, el rey blanco, el más anciano de todos, tiene los cabellos y la barba largos y blancos, es de origen europeo e hizo ofrenda de oro a Jesús.
Su traje quiere significar la procedencia de su majestad, venido de países del norte, lejanos y fríos, de colores terrones y guarnido con una pechera de puntas y pedrería con una capa de piel para dar sensación de abrigo.
Su carroza con 7 pajes está ambientada también en el norte de Europa, con colores blancos y azules, dándole movimiento con un cisne típico de aquellos países.
GASPAR, el rey “rosado”, es el más joven, tiene la piel blanca y rosada, y los cabellos y barba castaños, es de origen asiático, e hizo ofrenda de incienso a Jesús.
Su traje es de tela de terciopelo y bordado a mano con aplicaciones y pedrería. Lleva una capa de terciopelo rojo y una sobre capa de color marrón, inspirado en un traje del rey Enrique VIII.
Al llegar a Martorell le esperan 4 pajes y 11 soldados, con una carroza ambientada en un Castillo de la Edad Medieval, con un vitral que representa la vida cotidiana de los soldados y 2 caballos con movimiento.
BALTASAR, el rey negro, de origen africano y su ofrenda es la mirra.
Su traje muy coloreado propio de su cultura, lleva una capa hecha con trocitos de piel que imita a los animales selváticos.
Y como sus compañeros de viaje, cuando llega a Martorell se suben en una carroza ambientada en el cuento "Las mil y una noches", con 2 leones dorados y una lengua de fuego que sale del centro de la carroza, acompañado de sus 9 pajes.
Cuando todo el mundo los ha recibido con la solemnidad que los procede, empieza el gran trabajo de visitar los hogares uno por uno, para llevar los regalos a todos los niños y niñas.
Es tradición dejar en un balcón, patio o ventana un zapato de cada miembro de la familia.
Adentro, o al lado, tendremos que dejar un poco de comida para los Reyes y Pajes.
El trabajo se le hará más fácil si en cada casa encuentran un pequeño bocado.
Y ha llegado la hora de ir a dormir, para que mañana podamos abrir todos los regalos... Si nos hemos portado bien.